El Vaticano ha dado luz verde a las supuestas apariciones de la Virgen que dos niñas extremeñas, Marcelina Barroso y Afra Brígido, afirmaron haber experimentado en 1945 en La Codosera, una localidad en la frontera con Portugal. Aunque la Iglesia sigue refiriéndose a estos hechos como «supuestas apariciones», el prefecto de la Doctrina de la Fe, con el beneplácito del Papa Francisco, ha declarado que no hay objeciones a las experiencias espirituales que vivieron las jóvenes.
Un Reconocimiento Histórico
Este reconocimiento es significativo, ya que es la primera vez en 75 años que la Iglesia emite una declaración oficial sobre el Santuario de Nuestra Señora de los Dolores de Chandavila, donde ocurrieron los eventos. El prefecto de la Doctrina de la Fe ha destacado la vida discreta y dedicada a la caridad que llevaron las niñas después de las visiones, lo que refuerza la autenticidad de sus experiencias.
Un Santuario de Devoción
El lugar donde se produjeron las apariciones se ha convertido en un santuario al que acuden numerosos peregrinos, tanto españoles como portugueses, en busca de conversión y curación. La Iglesia, aunque no valida plenamente los hechos, reconoce que no presentan errores doctrinales y que hay señales de la acción del Espíritu Santo en ese lugar
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